Isla Friendship, parte 20: Holograma (parte 2)

El repentino recuerdo de esos instantes vividos en Friendship, relatados en la parte anterior, lo guardé en mi cabeza simplemente como algo anecdótico durante casi un año, y además debo confesar que no lo entendí muy bien. 

Varios meses atrás, uno de mis hijos, me trajo unos escritos sacados de Internet y llamados "Código Final", firmados por el Dr. Iván Seperiza Pascuali. 

Los leí, y ahí me enteré que el asunto no era nuevo. 

Hace más de 50 años, el rabino H.M.D. Weissmandel, de Praga, descubrió que colocando todos los caracteres hebreos de la Torah en una matriz de 50 columnas, la palabra Torah aparece escrita al principio de la columna que iniciaba cada uno de los cinco libros, lo cual no puede ser azar. 

La Torah, es lo que los cristianos llaman Pentateuco, es decir los primeros cinco libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. 

También esa es la primera versión escrita del Libro Sagrado. 

Esto motivó al Doctor Eliyahu Rips, matemático de la Universidad Hebrea de Jerusalem y experto mundial en Teoría de Grupos, a extender el experimento, ampliando las matrices y buscando diferentes secuencias a través del computador. 

Lo que encontró, no lo podía creer, ya que se refería a acontecimientos históricos de reciente data, o por ocurrir. 

Recurrió a un amigo suyo, el físico Doron Witztum y repitieron el experimento, ahora con otro texto hebreo, sin encontrar ninguna coincidencia. 

Esto ocurrió en Agosto de 1994. 

Finalmente, en unión de otro científico, Yoav Rosemberg, publicaron un trabajo titulado "Equidistant Letter Sequences in the Book of Genesis", en la revista científica Statistical Science. 

El editor de la revista, que pertenece al Instituto de Estadísticas Matemáticas de los Estados Unidos, manifestó en el vol. 9, num. 3, de Agosto de 1994, a manera de nota preliminar sobre el trabajo de Witztum, Rips y Rosemberg, lo siguiente: Nuestros revisores estaban desconcertados. 

La posibilidad de que el libro del Génesis contuviera información significativa acerca de personajes actuales iba contra todas sus convicciones. 

No obstante, las pruebas adicionales reconfirmaron el fenómeno.

Ese trabajo fue originalmente cuestionado por el experto en estadística de la Universidad de Harvard, Dr. Persin Diaconis. 

Finalmente el trabajo fue revisado por el Dr. Diaconis, quien actualmente es uno de los que recomienda su difusión. 

Otro escéptico fue Harold Gans, experimentado descodificador de la ultrasecreta Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos de América, quien antes de conocerlo bien, dijo: "ridículo, cosa de diletantes". 

Creo su propio programa computacional para probarlo y revisó el trabajo de Rips por 440 horas. 

Su informe final dice: "Concluimos, pues, que estos resultados permiten corroborar los resultados comunicados por Witztum, Rips y Rosemberg" 

Más tarde agregó: "Me entraron escalofríos al verificarlo" Esto impresionó de tal manera al periodista Michael Drosnin (Wall Street Journal y Washington Post), quien llegó hasta a aprender hebreo y unirse al grupo de investigación, fruto de eso es su libro El Código Secreto de la Biblia. 

Otra opinión digna de tener en cuenta es la del destacado matemático de la Universidad de Yale, Piatetski-Shapiro, quien al respecto dice: "Dentro de las leyes conocidas de las matemáticas, no hay manera de explicar la predicción del futuro. La física newtoniana es demasiado simple para explicar un conjunto de predicciones de tal complejidad y detalle. La física cuántica no es tampoco suficiente. De lo que estamos tratando aquí es de algún tipo de inteligencia exterior". 

Pienso que es la única explicación: Dios existe. 

Al respecto solo podemos agregar lo que alguna vez dijo Louis Pasteur: "Un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él". 

Ahora, después de diez años, he logrado comprender cabalmente lo que vi ese día de 1989, y empiezo a calibrar su importancia. 

Hay una Biblia debajo de la Biblia. 

El rabino Weissmandel descubrió, por casualidad, o tal vez por inspiración divina, que los Libros Sagrados contenían un código, e hizo lo que pudo por descifrarlo, en la medida de las escuálidas posibilidades tecnológicas de la época. 

Hay que recordar que el texto bíblico original, es decir en caracteres hebreos, consta de 304.805 letras, escritas en una hebra continua. 

Esa es la escritura primigenia de la Torah, pues esta es la forma legendaria en que Moisés habría recibido la Biblia de manos de Dios. 

Las posibles combinaciones ordenadas de las 304.805 letras son casi infinitas, por lo que es digno de admirar lo que descubrió Weissmandel. 

En una parte del libro de Numeros de la Biblia, que está escrito en arameo, En una secuencia vertical, podemos leer la palabra Edison. En la secuencia horizontal superior, leemos Bombilla o ampolleta. 

En la secuencia horizontal, una linea más abajo, "Electricidad". 

Se supone que fue escrito por lo menos 3.000 años antes de Cristo. 

Eliyahu Rips es un hombre de nuestra época, es decir, armado de un computador, lo que combinado a su genio matemático, le permitió adentrarse más en el crucigrama escrito por Quien escribió la Biblia, y que sabía que el hombre, al final de los tiempos, tendría computadores.

Witztum, Rips y Rosemberg trabajaron con las herramientas que tenían, pero basándose en nuestra forma de escritura: en dos dimensiones.(papiro, cuero, papel). 

Sin embargo, hay algunos, que modesta y silenciosamente, en una lejana isla del sur de Chile, equipados con mejores equipos de computación, y ayudados por lo que ellos llaman "los Ángeles del Señor", hace muchos años están leyendo el futuro. 

Los Ángeles les contaron un secreto: 

-lean el mismo texto, pero en tres dimensiones (holograma). En esta forma, las posibilidades de ordenar las 304.805 letras, crece enormemente, acercándose peligrosamente a ese numero tan misterioso: infinito.-

Una Inteligencia capaz de ver el futuro codificó La Biblia. 

Sabía cuando sobrevendría el peligro. 

Diseñó, por tanto, un código que solo la tecnología de la época crucial podría develar. 

Daniel 12, 4 : "Pero tu Daniel, cierra las palabras, y sella el libro, hasta el tiempo del fin."



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