jueves, 6 de octubre de 2016

Isla Friendship, parte 1: ¿Quién soy?



18 de enero 2001, 11:32.

Mi nombre es Ernesto de la Fuente Gandarillas y nací en Santiago de Chile el 17 de Diciembre de 1939. 

Es la primera vez que se me permite hablar sin tener un periodista de por medio. 

No es que tenga algo en contra del periodismo o los periodistas pero deseaba, por una sola vez, elegir yo que es importante y que no, en la increíble historia que sin querer me tocó vivir. 

Estudié Ingeniería Civil Mecánica en la Universidad de Concepción, entre los cincuentas y los sesentas, no por vocación, sino por obligación, ya que mi padre era ingeniero. 

Sin embargo la principal actividad que he tenido hasta hace poco ha estado relacionada con el cine y la televisión, primero en Chile, cuando se creó el Canal 9 en el edificio de la calle Beaucheff de la Universidad de Chile y luego en los Estados Unidos, viajando para la realización de documentales. 

En Norteamérica siempre quise ser camarógrafo de documentales (y no lo hacía nada de mal), pero desgraciadamente, cuando estuve en Nueva York, era el único técnico cinematográfico que podía hacer sonido y que hablaba español, así fue como quedé etiquetado como Ingeniero de Sonido. 

Esta exclusividad me hizo ganar buenos dólares, aunque no era el trabajo ideal. 

Posteriormente volví a Chile y como el negocio audiovisual no estaba muy bueno en aquel entonces, decidimos (porque ya me había casado) irnos de colonos a Chiloe. 

Eso fue en el mes de Septiembre de 1983, allí tuve un fundo de 2.200 Hectáreas, cerca del pueblo de Quemchi, cuyo bosque pretendía explotar. 

Les cuento todo esto para quitarme esa etiqueta de personaje extraño con que la prensa siempre ha pretendido mostrarme. 

Hasta aquí, como ustedes pueden ver, parecería una persona casi normal. 

Trabajaba mucho, me había casado porque era necesario hacerlo, trataba desesperadamente de ganar mucho dinero, competía con otros, fumaba mucho, compraba y fornicaba todo lo posible. 

Con decirles que era tan normal que no creía en sucesos paranormales. 

En cuanto a la religión, me creía católico, aunque a mi manera, es decir, como a mi se me antojara. 

No era tan arrogante como para afirmar que éramos los únicos habitantes del universo, pero por lo que había aprendido en la universidad, sabía, lo había dicho Einstein, que era imposible que vinieran a vernos. 

Yo creía que lo estaba haciendo muy bien y casi todos mis conocidos opinaban lo mismo. 

Fue entonces que por necesidades de sobrevivencia me compré una estación de radio de 11 metros, y ocurrió lo que jamás habría imaginado, y que terminó por cambiar el rumbo de mi vida en 180 grados.

Después de algún tiempo, que fue lo que me costó dominar el equipo, me hice amigo, a través de la radio, de otros colonos que también se estaban instalando, aunque mucho mas al sur que yo. 

Según ellos se trataba de una congregación religiosa llamada Friendship, que había comprado una isla en el archipiélago de los Chonos. 

La isla no se si tendría nombre, pero ellos le pusieron Friendship, al igual que a la estación de radio que operaban. 

Estas conversaciones se realizaban casi todos las tardes, y se prolongaban por una o dos horas, según fueran las condiciones de propagación magnética. 

Así, a medida que pasaban las semanas, se fue cimentando una hermosa amistad entre personas, supuestamente, con intereses comunes, y aislados del resto del mundo. 

Debo aclarar que en esas conversaciones no participábamos solamente ellos y yo, sino muchos otros radioaficionados, tanto chilenos, como del resto del cono sur de América. 

Los Friendship poseían un yate, el Mythilus II, con el cual surtían las necesidades de su congregación, y un día, mientras estaban a la cuadra de la isla Caucahué, me llamaron por radio, para que nos conociéramos personalmente en el muelle de Quemchi. 

Allí fue donde los vi por primera vez. 

Su aspecto era el de personas saludables de una edad indefinible, entre los 35 y los 55 años. 

Su cabello era rubio oscuro, ojos claros y piel tostada por el sol, su estatura era bastante mas allá de la media, pero lo que mas llamaba la atención era la paz que irradiaba su presencia. 

Me hizo recordar la sensación que había sentido años atrás, cuando por razones de trabajo, tuve que filmar a un famoso maharashi hindú. 

Con posterioridad a este encuentro, ellos comenzaron a visitarme en mi casa, y yo empecé a conocerlos más. 

Pero entre más los conocía, más me sorprendían, sus conocimientos y cultura eran increíbles, pero lo mas extraño, era que estaban basados en principios diferentes a los nuestros. 

Por ejemplo, su matemática no usaba base 10 como nosotros, sino que la base era 6, la que a veces, para ciertos cálculos, se transformaba en 60. 

También, su medicina, partía de principios diferentes, al fijar su atención en el cuerpo sano, y no en las enfermedades. 

En historia, antropología, paleontología, astronomía, física, etc, sus conocimientos eran increíbles, aunque a veces contradecían a los nuestros. 

Todo esto me llevó a tener largas discusiones radiales con Ariel, Rafael, Gabriel etc, que eran los nombres que ellos usaban. 

Al preguntarles por la fuente de tan increíble sabiduría, humildemente contestaban que ellos eran ignorantes, y que solo se limitaban a poner en práctica los cocimientos que les entregaban los ángeles del Señor. 

En un principio, yo creí que la frase, "los ángeles del Señor", era simplemente una figura literaria que usaban dentro de sus creencias religiosas, pero a poco andar, comencé a escuchar cosas como que el próximo jueves no podríamos seguir conversando, porque bajarían a la isla "los ángeles del Señor", o que Nathaniel debería retirarse de la radio, pues era requerido por "los ángeles del Señor", etc. etc.



Isla Friendship, parte 2: indicios de lo increíble




Vino el invierno de 1984, y todos lo sufrimos, especialmente yo, pero fui prontamente socorrido por la gente de Friendship con una humildad y generosidad pocas veces vista, lo que lógicamente comprometió mi gratitud, así que no fue raro que poco tiempo después, cuando ellos me solicitaran un favor, yo estuviera dispuesto a hacer cualquier cosa por la congregación.

Lo que tenía que hacer era bastante fácil. 

Consistía en recibir, en estaciones de ferrocarril, terminales de buses, y lugares similares, en la Décima Región, a familias y personas que se dirigían, invitados a Isla Friendship, y llevarlos en mi vehículo hasta algún pequeño puerto cercano, donde los recogería el Mytilus II. 

Lo hice varias veces, y aún recuerdo los nombres de algunos de ellos, especialmente el de la familia Lucero. 

Este no era su apellido, sino que el distintivo que tenían como radioaficionados. 

Ariel me explicó que se trataba de Octavio, su esposa Cristina, y tres hijas, los que llegarían en una fecha determinada al terminal de buses de Puerto Montt. 

Pocos días antes del señalado, para ir a buscarlos, Ariel me avisó que no vendrían, pues habían tenido inconvenientes de ultima hora. 

A todo esto, yo ya había sido invitado varias veces a conocer Isla Friendship, lo que aún no había hecho, simplemente por razones de tiempo. 

Hay que tener en cuenta que hacer una visita de este tipo, en esas latitudes, toma por lo menos dos semanas, pues las distancias son muy grandes, y el único medio de transporte eran los viajes del Mytilus II, cuando pasara cerca de mis coordenadas. 

Hubo un segundo aviso de que los Lucero viajarían, el que tampoco se cumplió. 

A todo esto, yo cada vez estaba mas impactado, por lo que seguía viendo de la Congregación. 

Me di cuenta que esto no era normal, pero no tenía ni siquiera con quien comentarlo. 

Vivía solo, mi vecino mas cercano estaba a 5 Km, y solo veía a otro ser humano cada 4 o 5 días. 

Recuerdo que fue en pleno invierno cuando se me avisó, por tercera vez, que los Lucero ahora si vendrían. 

En esa época del año, es muy poco lo que se puede hacer en faenas madereras en Chiloe, así es que, me encontré con tiempo suficiente como para acceder a la invitación que constantemente se me hacía de visitar la isla. 

Preparé el vehículo, hice una gran maleta, y dejé todo arreglado en el campo como para una ausencia de un mes. 

Desgraciadamente, dos días antes de iniciar la búsqueda de los Lucero, Ariel me avisa que se habían arrepentido nuevamente. 

Si ellos no iban, yo tampoco podía hacerlo, ya que no podía hacer viajar al Mytilus II 500 Kms, solo para llevarme a mi. 

Así fue como me encontré en Chiloe, en pleno mes de Agosto, con la maleta hecha, y nada que hacer por un mes. 

Mis hijos estaban chicos, y vivían en Santiago con su madre, y ya hacía muchos meses que no los veía, por lo que sabiamente decidí visitarlos. 

Mi afición por la radio, en todo ese tiempo, había crecido, ya sabía mucho mas, y había comprado nuevos equipos, uno de los cuales permanecía siempre prendido en mi vehículo. 

Durante mi estadía en Santiago, por costumbre, el equipo permaneció encendido, y así fue como un día, en la frecuencia 27.215 Khz, escuché que operaba una estación de nombre Lucero. 

Permanecí uno o dos días escuchando, y así fue como me enteré de que el operador se llamaba Octavio, su esposa Cristina, y sus hijas Paula, Andrea y Claudia. 

Las coincidencias eran demasiadas, así es que decidí contactarlos. 

Tomé el micrófono, y luego de los saludos de rigor, les expliqué quien era yo. 

A Octavio le cambió la voz, e inmediatamente me dijo que nos juntáramos en la rotonda Quilín, para que luego fuéramos a su casa. 

Aquí se produjo inicialmente una conversación bastante cómica, ya que yo estaba impaciente por saber quienes eran los Friendship, y creía que Octavio sabía, pero a su vez, la familia creía que yo era un enviado de la isla, y no paraban de interrogarme.

Finalmente llegamos a la conclusión de que ninguno de nosotros sabía exactamente qué era Friendship. 

Octavio Ortiz me confesó que él había hecho grabaciones de audio de sus conversaciones radiales con Friendship, y que si no se había ido a la isla, era simplemente por arrepentimientos de última hora, de alguno de los miembros de su familia, causado por el miedo a lo desconocido, ya que durante su relación con la congregación, habían visto y les habían ocurrido cosas absolutamente fuera de lo normal. 

Tanto era así que, habían formado un grupo con otros contactados, para intercambiar información, grupo al cual yo me uní. 

A la primera reunión que fui asistieron alrededor de nueve personas, la mayoría de cuyos nombres recuerdo, y lo que escuché escapaba a toda lógica: sanaciones, adivinación, predicción de sucesos, y soluciones tecnológicas para todo tipo de problemas, soluciones que eran increíblemente sencillas pero que funcionaban..... 

Yo tuve que volver a Chiloe, pero mantuve el contacto con el grupo, así fue como me enteré de los sucesos del 17 de Agosto de 1985. 

Ese día, Cristina conversaba con Ariel, quien se suponía estaba en la Novena Región, y en respuesta a las continuas invitaciones que estos le habían hecho, le repitió la que siempre hacía, en el sentido de que cuando alguno de ellos viniera a Santiago, pasara por su casa. 

La respuesta no se dejó esperar: 

-Es que ya estamos aquí- 

Cristina se apresuró en darles las indicaciones de como llegar, pero ellos le dijeron: 

-No es necesario, anda a la ventana de la pieza de la Claudia, y mira hacia arriba- 

Lo que vio la dejó con la boca abierta. 

Sobre su casa, y a pleno día, había una gran esfera de color gris, que emitía luces de diferentes colores. 

En ese momento llegó Octavio, y comenzó a grabar. 

El objeto se mantuvo sobre Santiago, y fue visto por miles de personas. 

Se sacaron muchas fotos, e incluso fue filmado por los canales de televisión. 

Mientras tanto, en la radio seguía la conversación, la que probablemente ustedes habrán escuchado, ya que se puede encontrar en internet, y que además fue difundida mundialmente.


***

Isla Friendship, parte 3: el Silencio de los Inocentes.




Después de esto, ya todo cambió, especialmente para personas racionales como yo, que no aceptaban la existencia del fenómeno Ovni. 

La tendencia normal entre las personas racionales, enfrentadas a un fenómeno desconocido, es la de correr a consultar con algún profesional que sepa. 

Pero, en este caso, ¿Quién sabe? 

Aquí comenzó una larga peregrinación entre especialistas, algunos buenos, y otros no tan buenos. 

Sobre esta parte nos extenderemos posteriormente, y tal vez en una pagina humorística que se podría inaugurar. 

Con decirles que algunos nos recibieron con largas túnicas blancas, otros con buzos espaciales, y grandes medallones, nos obligaron a tomarnos de las manos y ponernos gorros de cobre con antenas de alambre, etc, etc, etc. 

Como la comunicación radial en 11 metros es pública, mucha otra gente comenzó a subirse al carro, algunos con no muy claras intenciones. 

Así fue como empezaron a aparecer representantes de sectas, y otros extraños y tenebrosos grupos, que pretendían convencernos de que nos uniéramos a ellos. 

También hay que sumar el acoso periodístico del que fuimos objeto, especialmente de parte de la prensa extranjera, quienes entrevistaron a algunos de nosotros, y luego publicaron lo que ellos quisieron, incluso insultando a entidades políticas o religiosas, lo que es algo que nosotros nunca deseamos ni autorizamos.

Debido a lo anterior, muchos contactados, sabiamente, se desligaron del grupo, y hoy no quieren ni oír hablar del asunto. 

Después de lo anteriormente relatado, es decir, a principios de 1986, comienza un periodo de realismo mágico, por decir lo menos. 

Estas cosas solo pueden ocurrir en Latinoamérica. 

Teníamos en la radio, en la banda de 11 metros, a un grupo de extraterrestres que estaba dispuesto a responder cualquier pregunta que quisiéramos hacerles. 

Yo estaba en Chiloe, y traté de aprovechar la coyuntura al máximo, preguntando cosas fundamentales para el progreso de la raza humana: 

-¿Cuál es el remedio para el cáncer?-

La respuesta no se hizo esperar, y ahí vine a caer en la cuenta de algo que jamás había pensado. 

No iban mas de cinco minutos de conversación, y yo ya estaba perdido. 

¡Necesitaba por lo menos ser medico para empezar a comprender! 

-¿Que energía usan?-

Allí algo entendí, pero solamente la idea básica. 

Necesitaba saber mas física, y aceptar ciertos principios de la física de ellos, los que me eran además de desconocidos, ilógicos. 

-¿De donde vienen?- 

-Del Universo-, contestaron.

-Si, pero ¿de qué parte del Universo?- 

-¿Conoces tu el Universo?-, dijeron. 

Reconozco que algo aprendí en esos meses que siguieron de preguntas y respuestas a través de la radio, pero a una persona no se le puede enseñar Calculo si no domina la Aritmética. 

Mientras tanto, desde Chile y otros lugares de Sudamérica, otros también preguntaban. 

En ese tiempo, y por razones de trabajo, yo comencé a viajar más a menudo a Santiago, y los escuchaba: 

-¡Oye marciano!, ¡Cántate cuales van a ser los números del Loto!- 

También había consultas sentimentales: 

-¿Es cierto Ariel, que mi marido me engaña con la Walesca del kiosko?-, Etc, etc, etc. 

Si hay algo que se debe admirar de los Friendship, es su paciencia. 

Respondían todas las preguntas con una caballerosidad de otra galaxia, no había nada que los sacara de su hablar pausado y repetitivo. 

Por suerte no todo se perdió. 

Yo traté con grandes dificultades, de reclutar a profesionales y especialistas para que hablaran con ellos, los que se negaban en un 70% de los casos, especialmente en el gremio médico. 

Pero, como decía, hubo honrosas excepciones entre las que cabe destacar, un ingeniero electrónico de Santiago llamado Daniel Morales, que consultó sobre la telepatía, y que según planos de Friendship, comenzó a construir una inmensa antena para recibir ondas telepáticas. 

La enseñanza iba muy lenta, y Daniel creyó que podría adelantarse por su cuenta y probarla. 

Lo hizo, a pesar de las advertencias de Friendship, y recibió una fortísima descarga eléctrica. 

Eso era imposible, ya que la antena no tenía fuente de alimentación, así es que lo intentó otras dos veces, con similar resultado. 

Estaba tan shockeado que salió al patio de su casa un momento, para calmarse, y allí vio, 15 minutos después, como la inmensa estructura se venía abajo sin razón, aparente destruyendo parte del techo de su vivienda. 

Nunca mas volvió a intentarlo, y quedó tan impresionado, que incluso se fue a vivir a Ancud, por dos años, para tratar de acercarse a Friendship, lo que no consiguió, ya que nunca más lo llamaron. 

Tengo entendido que ahora está de vuelta en Santiago.

Un joven dentista, originario de la Quinta Región, que hacía la práctica en un pequeño consultorio rural en la Isla de Chiloe. 

Esta comunicación se hizo a través de mi equipo de radio, por lo cual yo estuve presente. 

Los conceptos son tan interesantes y novedosos, que hace un año atrás, cometí la infidencia de dar su nombre a una periodista, ella lo ubicó, pero él se negó a hablar del tema. 

Respeto profundamente su actitud, ya que recién ahora me entero de las desagradables consecuencias que le trajo esta anormal experiencia. 

Sin embargo, en futuros artículos, me referiré a los conceptos, aunque por supuesto, sin revelar la identidad del profesional. 

Un estudiante de medicina, que ahora ejerce como neurocirujano, a quien le debo mucho, ya que salvó a alguien a quien yo quiero. 

Con él también hablé para que narrara su experiencia a la misma periodista, me contestó que lo haría de mil amores pero, ¡Te figuras!... ¿Qué diría el Colegio Médico?. 

Hay que tomar en cuenta, que desde los sucesos narrados hasta hoy, han pasado mas de 14 años. 

La gente cambia, y la situación es diferente. 

También están los casos de "Mona" Topógrafo, Palomo Blanco, Pancho California, y otros, todos estos nombres radiales, a quienes no conozco personalmente, pero que me consta que participaron en el caso a través de sus aparatos, y que han optado por un sabio y respetable silencio.


***

Isla Friendship, parte 4: ¿Quiénes Son?



A todo esto yo tuve que volver a Chiloé, para atender mi negocio, el que cada día andaba peor. 

Jamás se me había pasado por la cabeza la cantidad de capital que se necesita para explotar 2.200 Hectáreas de bosque nativo, además que no se saca nada con tener 3.700.000 pulgadas de madera, si uno no tiene a quien vendérselas. 

Mi relación con los Friendship seguía igual, es decir, conversaciones radiales todas las tardes, y visitas o navegaciones junto a ellos cada 15 o 20 días. 

Nos ayudábamos mutuamente. 

Así fue como llevé a varias personas y grupos familiares hasta el Mytilus II. 

Entre ellos, puedo recordar a una mujer joven, de Antofagasta, a una familia de La Serena, que era amiga radial de Octavio Ortiz, a Carmen Carvajal, y sus dos hijas, de Santiago, quien arrancaba de un marido delincuente que la golpeaba, etc, etc. 

Mis posibilidades de conversación con esta gente no eran muchas, ya que duraba lo que un viaje, desde el terminal de buses, o la estación de Puerto Montt, hasta el puerto de destino, el que generalmente era Calbuco, Carelmapu, Linao o Choen. 

No puedo negar que, a pesar del gran afecto que sentía por ellos, también les temía. 

Ese temor no se debía a nada racional, simplemente era temor a lo desconocido. 

Por eso mismo, cada vez preguntaba más, ellos me respondían, y a pesar de eso, la incógnita era cada vez mayor. 

Es que el lenguaje que usa Friendship puede ser bastante críptico. 

Se parece mucho a la redacción de antiguos manuscritos sagrados, es decir, hoy se entiende de una manera, y en una o dos semanas más, uno le encuentra otro significado. 

Además, hay que agregar la comprensión de ciertos conceptos, que nosotros no manejamos, y que por lo tanto mal entendemos. 

Yo no era el único que hacía preguntas, también las hacían por radio Octavio y Cristina Ortiz, Oscar y Cristina Nazca (nombre radial), Mona, Tania Wollffensson, y Rodrigo Fuenzalida, que se había unido al grupo.

Hay que tomar en cuenta, que se estaba produciendo un fenómeno, que es bastante común entre radioaficionados: el que personas que no se han visto nunca, terminan contándose mutuamente todo tipo de intimidades. 

Una noche Cristina preguntó directamente a Ariel: 

-¿ustedes son extraterrestres?- 

La respuesta fue: 

-No, tu tienes una confusión, nosotros, los de la Congregación, somos todos nacidos de mujer, lee Genesis 6:1-4 (Biblia Jerusalen). 

+++
6 1 Cuando la humanidad comenzó a multiplicarse
sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas, 
vieron los hijos de Dios que las hijas de los
hombres eran atractivas, y tomaron por mujeres a
las que prefirieron de entre todas ellas. 
Entonces dijo Yahvé: «No permanecerá para
siempre mi espíritu en el hombre, porque no es
más que carne; que sus días sean ciento veinte
años.»
4 Los nefilim aparecieron en la tierra por
aquel entonces (y también después), cuando los
hijos de Dios se unieron a las hijas de los
hombres y éstas les dieron hijos: éstos fueron los
héroes de la antigüedad, hombres famosos.
+++

En otra oportunidad yo le pregunté, cuántos años de escolaridad tenía, ya que sabía tanto, él me contestó: 

-Yo, es muy poco lo que se, solo ocupo los conocimientos que me entregan "los ángeles del Señor"- 

Ya esto lo había escuchado otras veces, así es que pregunté: 

-¿Quienes son "los ángeles del Señor"?- 

Y me dijeron:

-Ernesto, varias veces te hemos invitado para que vengas a conocerlos- 

Allí recién me di cuenta que lo de "ángeles del Señor" no era solo una figura literaria. 

Otra vez, también hablando con Ariel, con quien puedo decir que ya nos unía una amistad personal, le pregunté que hacía antes de entrar a Friendship y me respondió: 

-No me vas a creer, pero yo pertenecía a las Fuerzas Armadas-

Entonces le dije:

Vaya!, te debe de haber sido muy difícil, dado los principios pacifistas que tu sostienes- 

Me respondió:

-No, yo era joven, y lo único que quería era volar. Además, tuve suerte, durante mi entrenamiento, y antes de entrar al conflicto, vi la Luz, y desde entonces que estoy con Friendship-

 -¿Como es "la Luz"?-, dije.

-Tu, algún día la verás-, me contestó Ariel.

Allí me di cuenta que, "la Luz", también era otro de los conceptos especiales, y que se trataba de algo bastante concreto. 

Si Ustedes se fijan, en la mayoría de los encuentros Ovni, los testigos relatan haber sido envueltos por una luz. 

Una luz que los privó de su voluntad, que los llenó de paz, que les comunicó respuestas, que los hizo caminar, etc, etc, pero siempre "una Luz". 

Es similar con "ángeles del Señor", no se trata de seres altos, rubios, y de emplumadas alas, como nosotros creeríamos, ni de niñitos regordetes con el culito al aire, como los pintaban en el renacimiento. 

Son simplemente seres, que por su evolución, se encuentran mas cerca de Dios que nosotros. 

Tal como nosotros nos encontramos mas cerca de Dios que un habitante de la tierra en la Edad Media. 

En estos días a nadie se le ocurriría mandar cortarle la cabeza al cocinero, porque el pavo no le quedó jugoso y blandito, o mandar a asar a un astrónomo, porque dice que la tierra gira alrededor del sol. 

¡Algo hemos avanzado! 

Semanas, tal vez meses después, hablábamos de las fantasías y sueños que todos los humanos tenemos. 

A petición suya, le conté que uno de los míos, era el de pilotear un gran Boeing 747. 

Ariel opinó: 

-Ahora eso ya no tiene gracia, esos aviones vuelan solos, los pilotos solo tienen que preocuparse de que todo funcione bien,¡No como en mis tiempos!-

-¿Como así?-, le dije.

-La electrónica y la hidráulica le han quitado todo el romanticismo al volar... antes, el avión era una prolongación de nuestro cuerpo, ¡había que tener músculos!. Si el avión caía, había que tirar el timón y ¡con fuerza!. Terminábamos los entrenamientos con brazos y piernas adoloridos. Hoy no, en un 747, que pesa 100 veces, lo que pesaba el mío, basta la presión de un dedo para cambiar el rumbo.- 

Esto, unido a varias otras confidencias, nos llevan a varias conclusiones. 

a) Ariel era piloto de guerra antes de que los aviones tuvieran sistemas hidráulicos. 

b) Hablaba sobre la base de Fort Lauderle en Florida, por lo tanto, era norteamericano. 

c) No había participado en la guerra, pues cuando él "vió la Luz", ésta aun no comenzaba, es decir, antes de 1939, Ariel, o como se llamara, tenía por lo menos 25 años. 

Lo anterior nos da a entender, que Ariel, en la actualidad, debería tener por lo menos 87 años, lo que a primera vista es imposible, ya que difícilmente representa 47. 

Este mismo tipo de razonamiento lo hemos aplicado a las confidencias de Rafael, Miguel, Gabriel, etc, y hemos llegado a conclusiones increíbles; algunos deberían de tener 148 años.


***

Isla Friendship, parte 5: ¿Quiénes Son? parte 2.



Algunos años atrás, junto con Rodrigo Fuenzalida, y por una casualidad, dimos con unos nombres, los que probablemente corresponderían a las identidades de Miguel, Exequel, y Gabriel, pero nuevamente nos encontramos con una paradoja; uno de ellos es perfectamente identificable, pero actualmente, debería bordear los 100 años. 

Se trata de Andrea Nisbetti, científico italiano, colaborador de Wernher Von Braun en 1937. 

Fue director técnico en Kumersdorf, donde se destacó por sus extrañas teorias sobre energías alternativas. 

Después del bombardeo de Peenemünde, Nisbetti desaparece, para aparecer, muchos años después, en los Estados Unidos, trabajando para la NASA. 

Allí coopera en el diseño los cohetes Juno y Pershing. 

Lo último que logramos averiguar fue que, en 1972, aun trabajaba en la agencia. 

Los otros son Pavel Graman y Gordon Balcon, de quienes no tenemos mayor información, y si alguien la tuviera, le rogaríamos nos la diera. 

Lo anteriormente expuesto los hace ver bastante terrestres, sin embargo, hay otras anécdotas que contradicen esta suposición. 

En 1984, hubo una oleada de avistamientos OVNI en Chiloe. 

Incluso desapareció una señora, la que aun no aparece. 

Todo esto fue ampliamente divulgado por la prensa local y nacional, por lo que no fue nada de raro que, en nuestra charla de todas las tardes, apareciera el tema. 

Me preguntaron si yo creía en la presencia OVNI. 

Mi respuesta fue que obviamente yo creía que otros lugares del universo pudieran estar poblados por seres inteligentes, pero que la física demostraba, claramente, que por muchos deseos que tuvieran, no podrían venir a visitarnos. 

Las distancias son tan enormes que viajando a la máxima velocidad existente (no posible), demorarían miles de años. 

Su observación fue: 

-Eso es cierto, en la medida que el tiempo sea lo que tu crees que es-, me dijeron.

-¿Y que otra cosa puede ser?-, repliqué.

-Si tu te dieras la molestia de consultar ciertos textos sagrados, como El Libro de Abraham, o si alguien le hubiera dado la debida importancia a los argumentos de uno de los académicos, que en los años 30 contendía con Einstein sus primeras publicaciones sobre la relatividad, todos ustedes sabrían a que me estoy refiriendo.¡Ver para creer! Si tu vieras algo que estuviera fuera de tu entendimiento ¿lo creerías?-

Si lo viera y lo pudiera medir y registrar, tendría que ser muy bruto para no creerlo.

El día siguiente amaneció nublado, la nubosidad baja típica del invierno, y comencé a las 9 AM con mi diaria rutina.

Fui a la torre que tenía al lado del pozo, y cerca de mi casa, para hacer partir el motor.

Ese motor diesel generaba electricidad mediante un "Dinostar", al mismo tiempo que, mediante una bomba, elevaba agua a la torre, y cargaba las baterías con que se iluminaba de noche la casa.

Como era un "Dinostar", partía con la energía de las mismas baterías, por lo que me bastaba conectar un interruptor, y el ciclo comenzaba. 

Bastaban 25 minutos, y los estanques de agua estaban llenos, y las baterías cargadas. 

Sin embargo, esa mañana, solo insinuó un movimiento y se detuvo. 

¡Baterías descargadas!

Era extraño, dado que la noche anterior no había ocurrido nada especial. 

La única explicación sería que alguna luz hubiera quedado encendida. 

Fui a buscar un "tester" y medí: 9,8 volts.

¡Insuficiente para dar partida al motor!

La única posibilidad que tenía era traer el vehículo, acercarlo a la torre, hacer puente a la otra batería, y así hacer partir el diesel que cargaría las baterías descargadas. 

Me dirigí al cobertizo donde guardaba el jeep, metí la llave, conecté, ....dos vueltas y el motor de partida se detuvo. 

Medí y .....9,8 volts.

Ahora la cosa se ponía seria, puesto que sin el vehículo no podría volver a la civilización, por lo tanto, tenía que arreglar el generador, ya que era la única manera de cargar baterías.

El grupo estaba instalado en la base de la torre del agua, donde habíamos construido una pieza con tablas. 

El lugar estaba oscuro, ya que se alumbraba con una ampolleta
alimentada por el "Dinostar" que ahora no funcionaba. 

Fui adentro y traje la linterna, la prendí.

El filamento de la ampolleta apenas se puso incandescente.

Eso ya colmó mi paciencia, el culpable tenía que ser Ruiz.

Benedicto Ruiz era un personaje bastante especial. 

Cuando llegué, él ya estaba allí instalado, y no tenía la menor intención de moverse. 

De vez en cuando trabajaba para mi, pero con contrato, así, después de un corto tiempo, podía renunciar y cobrar cesantía.

Entraba y salía de mi casa con mayor confianza que de la suya, donde doña Ema, su mujer, lo mantenía con disciplina militar. 

Mas de alguna vez lo había sorprendido sacándome harina, azúcar o cambiándome las pilas de la linterna. 

Cada cierto tiempo se emborrachaba y me confesaba sus pecados. 

Eramos amigos, ambos sufríamos de similares problemas conyugales.

Fui a buscar a Ruiz para que me ayudara a reparar el generador, y para retarlo por haberme cambiado las pilas, hecho que Ruiz negaba a pie juntos.

Trabajamos hasta las 11.30 AM, tratamos de hacer partir el diesel con un cordel, y pusimos todas las baterías en serie. Nada. 

Lo raro era que dos baterías en serie, con 9,8 volts cada una, tenían en total.....9,8 volts.

Podría haber estado malo el "tester", pero me acordaba de las pilas y me bajaba la furia contra Ruiz. 

Discutimos... yo grité, y entre tanto aspaviento, Ruiz se apoyó en el interruptor. 

El grupo partió como si nada hubiera ocurrido.

¡Excelente! Ahora solo necesitaba traer el vehículo y hacer puente con el generador. 

Así se cargaría también la otra batería.

Fui corriendo al cobertizo, subí al jeep, y por si acaso, hice girar la llave. El motor partió inmediatamente.

Llamé a gritos a Ruiz, el que no lo podía creer. 

En broma dijo:

-Lo único que falta es que ahora prenda la linterna-

Prendí la linterna y todo era normal. 

Me pasé mirando hacia el cielo el resto del día, pero nada.


***

Isla Friendship, parte 6: ¿Quiénes Son? parte 3.



La organización clerical de las islas del archipiélago de Chiloé ha influido mucho en sus costumbres. 

Aunque la cantidad de sacerdotes católicos no es tanta, el Obispado mantiene toda una organización de Diáconos, Alguaciles, y laicos, que no solamente se encargan de mantener la capilla, y preocuparse de la ropa de los santos, sino que también de cuidar la moral y las buenas costumbres de los feligreses. 

Es así, como en 1984, no había prostíbulos en Chiloe. 

Todo esto comenzó a cambiar con la "Época del Loco". 

"El loco" es un molusco (conchalepas), muy apetecido en la mesa de los países orientales, y que los chilenos, hasta entonces, estábamos acostumbrados a degustar, pero que adquirió tal valor de exportación, que desapareció de nuestros mercados, y su comercio enriqueció a mucha gente. 

Un hogar de campo en Chiloe sobrevivía con $60.000 mensuales, y a ese "standard", se habían mantenido por muchas generaciones. 

Ahora, industriales y exportadores de Santiago, necesitaban sacar muchos "locos", ojalá llevárselos todos. 

Pero no había suficientes buzos, así es que, pagaban mucho dinero a cualquier persona que les entregara "locos". 

Accidentes hubo a montones, pues jóvenes de 17 a 19 años, que no sabían ni nadar, comenzaron a ejercer de buzos. 

Estos jóvenes recibían diariamente entre $200.000 a $300.000, ¡Si, diarios! 

Ante esta verdadera lluvia de dinero, la prostitución no se dejó esperar, y empresarios del ramo, provenientes de diferentes regiones del país, comenzaron a aparecer. 

Todos sabíamos donde estaban las casas, y por supuesto, que cuando pasábamos cerca, echábamos una mirada, disimuladamente, para ver quien iba entrando. 

Yo viajaba por lo menos una vez al mes a Castro, a comprar provisiones. 

Así es como ese día, como a las 12 de la mañana, y mientras iba entrando en auto a la ciudad, divisé, como a una cuadra de distancia, la inconfundible figura de dos de mis amigos Friendship. 

No me vieron, puesto que caminaban en el mismo sentido que yo, y por la acera del frente. 

Sobresalían entre los "chilotes", por su estatura, y ante mi atónita mirada, desaparecieron al entrar al prostíbulo. 

-Bueno-, pensé para mis adentros, -¡Mayor prueba de humanidad que ésta no existe!- 

Lo que ellos hicieran adentro no era de mi incumbencia, sin embargo, el hecho de que estuvieran allí, significaba que el yate debería de estar en el puerto. 

Si eso era así, yo podría ir y conversar con mi amigo Alberto. 

Hacia allá me dirigí. 

Efectivamente, el Mytilus II estaba atracado al muelle, y Alberto se encontraba enrollando unas jarcias. 

Subí, y entre bromas, le conté lo que había visto. 

Para mi sorpresa, Alberto se puso serio, algo inusual en él, y me dijo: 

-¡No es lo que tu crees!- 

-¿Qué es entonces? -, le dije.

Por el momento no te lo puedo explicar, porque no sabemos como va a resultar, pero ven a la tarde, hablas con ellos, y ves los resultados.

Hice mis tramites, y como a las 6 de la tarde volví al yate, para que los sacerdotes de Friendship me explicaran lo inexplicable. 

Allí estaban Joel y Abimaél, tan impasibles como de costumbre, pero ahora acompañados por dos damiselas. 

Después de las presentaciones, supe que se llamaban Jessica y Marilyn. 

Ambas no tendrían mas de 21 años, y su aspecto era innegable. 

Entre las dos destacaba Marilyn, entre otras cosas por su estatura, por que le faltaba un diente, y por su pelo teñido rubio rabioso. 

Se notaba que había sido una muchacha hermosa, aunque ahora se la veía flaca y desnutrida. 

Poco alcanzamos a hablar, ya que Alberto quería zarpar antes de que anocheciera. 

Durante la conversación, ellas me llamaban "oiga caballero" 

Y cuando se fue el Mytilus II, ellas iban a bordo. 

Lo siguiente lo sé solo de oídas. 

Lo supe como un mes después, cuando fui nuevamente a Castro, donde todos los varones lo comentaban secretamente y entre risas, además de las confidencias que posteriormente me hizo Alberto. 

Resulta que, tanto la Jessica como la Marilyn, estaban asiladas donde un conocido "cafiche" (persona que se aprovecha de otra monetariamente) que había llegado del norte. 

De alguna manera, que yo ignoro, se habían puesto en contacto con Friendship, quien las había invitado a la isla. 

El problema era que, el "cafiche", no las dejaba abandonar el prostíbulo, sin que antes le cancelaran ciertas "deudas". 

El monto de las "deudas" ya se había establecido, y Friendship estaba dispuesto a pagarlo. 

Por la Marilyn eran $185.000, y por la Jessica $310.000. 

Ese día fueron a buscarlas, pero al ver los administradores a dos gringos, con facha de "platudos", las "deudas" subieron automáticamente. 

Ahora la Marilyn debía $350.000, y la Jessica $ 680.000.

Los gringos se negaron a pagar la diferencia, por lo que los administradores llamaron a los matones. 

Los gringos intentaron salir con las "chiquillas", los matones se les fueron encima. 

Cuentan que por cada golpe que daban los gringos, los "pseudo matones" pasaban a través de los delgados tabiques de madera que separaban las piezas. 

La casa estuvo cerrada tres días por reparaciones, y hubo que comprar muebles nuevos, sobretodo espejos, que allá son muy caros. 

Seis meses después, el Mytilus II, pasó por Quemchi. 

Me traían unos repuestos para mi motosierra, así es que subí a bordo. 

Fuera de Alberto, estaban Rafael, Exequel, Samuel, una familia chilena, compuesta por un matrimonio y dos hijos pequeños y...Marilyn. 

Ella servía la mesa, pero estaba totalmente cambiada. 

Se había alisado el cabello, el que ahora era de su color castaño natural, ya no usaba esos pantalones ajustados, sino un amplio chaleco chilote de buena calidad, pero lo que más me impresionó fue su mirada dulce pero segura. 

Su conversación era más lenta, y al hacerlo sonreía, siempre sonreía, y allí me di cuenta: tenía todos sus dientes. 

Como les decía, yo estaba sentado, y ella de pie sirviendo, por lo tanto me pasé el resto de la conversación haciendo piruetas para mirar hacia arriba cada vez que ella abría la boca. 

De repente, y debido a una de las típicas salidas de Alberto, ella soltó una carcajada, por lo que pude ver todo su paladar. 

Allí, solo había una fila de blancos dientes y sanas encías, ni rastro de prótesis. 

Ese día sacamos algunas fotos. 

Muchos años después, como ustedes saben, yo enfermé gravemente. 

Debido a eso, y como último recurso, acepté la invitación de ellos para curarme, habría aceptado cualquier cosa.

Mi viaje hacia allá lo recuerdo perfectamente, sin embargo, hasta hace poco, sobre mi estadía en la isla, y mi regreso, era poco y nada lo que recordaba. 

Ahora, de último, después de 10 años, algo curioso me está ocurriendo. 

Sin mediar provocación ninguna, y cada cierto tiempo, me vienen a la cabeza unos especies de "flash" de memoria. 

No duran mas de un segundo, y generalmente no se trata de nada trascendental, pero así, poco a poco, voy reconstruyendo ese trozo de pasado. 

Hace menos de un mes tuve uno: 

Me encontraba en una habitación muy pequeña, y dentro de pocos instantes me iban a "intervenir" en la habitación de al lado. 

Estaba desnudo, dentro de una amplia y extraña bata verde. 

Tenía miedo. 

Debido a mi enfermedad me sentía mal, tan mal, como solo puede saberlo alguien que haya pasado por similares circunstancias. 

No era el cuerpo el que me dolía, era el alma. Tenía terror. 

No sabía en que pensar. 

De repente, alguien tomó mis manos. 

Miré hacia arriba, y vi un hermoso rostro de mujer, con una hilera de dientes albos y perfectos. 

Estaba vestida como enfermera, e irradiaba paz y dulzura. 

-Ernesto ¿estás asustado?-, me dijo.

 -Sí, mucho- 

-No es para menos, ¿Quieres rezar?- 

-¡Si!- 

-¿Te acompaño?- 

-¡¡¡Gracias Marilyn!!!, No lo olvidaré jamás.-


***

Isla Friendship, parte 7: el Síndrome de "los Locos de las Vacas".



Un día apareció Ruiz por la casa, traía la cara llena de risa. 

-Patrón, ¿Quiere hacer un buen negocio? -

-Por supuesto, porque como están las cosas...-

-¿Quiere vender las vacas? -

-¿Las mías?, ¡Si las acabo de traer! -

-Nooo, "las chilotas".- 

En Chiloe, a medida que los colonos han ido despejando el bosque, se han ido dedicando a la ganadería. 

Esto no es tan fácil, ya que aunque parezca raro, hay poco pasto, y las condiciones climáticas son extremas. 

Sin embargo hay un ganado nativo, que sobrevive sin problemas, estas son las vacas "indias" o "chilotas". 

Pesan la mitad de las otras, su carne es fibrosa y dura, y no dan más de dos o tres litros de leche al día. 

A veces estos animales se internan en el monte virgen, y se extravían, nadie se preocupa de buscarlas, se alimentan de musgos y "quilas", se reproducen y de vez en cuando vuelven a aparecer en los potreros. 

A ningún "chilote" se le habría ocurrido comprar una vaca "chilota", pues aun, en esos tiempos, se podían pillar en el monte, y de pagar por ellas, su valor era menos de un tercio del de una vaca normal. 

-Y... ¿Quién me va a comprar esas vacas?- 

-Unos gringos.-

-¿Que gringos?-

-Unos que andan en una lancha blanca, "Bahamondes" ya les vendió dos, y a $ 200.000 cada una. 

Una vaca "Hereford", "Angus", o de cualquier raza conocida, valía $260.000, pero por esas "indias" nadie pagaría mas de $60.000.

-¿Cómo son esos gringos?- 

-Grandes, rubios y con mucho billete.- 

-¡Tate!-, pensé, -esos son los pobres Friendship, y éstos "badulaques" quieren engañarlos.- 

Hay que recordar que hasta ese momento (1984), yo estaba seguro que mis interlocutores radiales, los Friendship, eran una congregación religiosa cristiana, que con gran dificultad se estaba instalando en una isla del archipiélago de los Chonos. 

-¡Hay que advertirlos!– pensé. 

Llamé al Mytilus II, y les dije que deseaba hablar con ellos. 

No me atreví a contarles el asunto inmediatamente, ya que varios de mis vecinos tenían radio, y deseaban vender vacas. 

Me contestaron que andaban por allí cerca, comprando ganado, y que si quería hablar con ellos nos encontráramos en Quicaví. 

Hacia allá me dirigí y abordé el yate. 

Me recibieron con su amabilidad de costumbre, me convidaron a "castañas" cocidas, y sobre la transacción de ganado me dijeron que no me preocupara, que ellos sabían muy bien lo que estaban comprando. 

Aprovecharon para invitarme a que los acompañara en el viaje, ya que iban hacia Tac, y las Butachauques, donde todavía quedaban vacas salvajes, por lo tanto, a la vuelta me dejarían de nuevo en Quicaví. 

Esa fue la primera vez que navegué con ellos. 

Todo se desarrolló en forma muy placentera, y me fijé, que ahora el Mytilus II, tenía motores nuevos, y un sistema de navegación satelital, lo que en esos tiempos era un gran lujo. 

También, esa fue la vez que me di cuenta que, para contar la plata, y las vacas, lo hacían en forma diferente, a como lo hacía yo. 

No usaban la base 10, calculaban en base 6. 

Poco más de nueve meses después, todo el mundo en el campo lo comentaba: 

-¡Estos gringos tienen que ser brujos! ¡Es imposible! ¡Que nos devuelvan nuestras vacas!- 

Cada vaca "india" o "chilota" había parido mellizos "Hereford". 

Consultado Ariel por ese "milagro", riéndose explicaba: 

-¡Aquí no hay nada de milagroso!, solamente que hemos elegido las vacas "chilotas" por su probada resistencia al medio ambiente local, y las hemos inseminado con óvulos previamente fecundados.- 

Si, tiene lógica ahora, pero hay que recordar que estábamos en 1984.


***

Isla Friendship, parte 8: Alberto X



Sé que todos se preguntarán por qué aun no he hablado de Alberto, quien, sin duda, es uno de los personajes principales de ésta increíble historia. 

El aparece mencionado en cada publicación o articulo que se ha escrito al respecto, incluso por Mariano Silva, al comienzo de ésta historia.

Uno de los problemas que se me han presentado para poder escribir estas líneas, es que tengo necesariamente que referirme a personas vivas (algunas demasiado vivas), muchas de ellas reacias a ver su nombre en letras de molde, especialmente en un tema como éste. 

No es el caso de Alberto, pues donde está, no creo que le importe mucho. 

Además, por su carácter, él es cualquier cosa menos un Tonto Grave. 

Yo lo conocí cuando los dos pasábamos por graves apreturas existenciales, sin embargo, él nunca perdió su buen humor. 

El problema es que todos tenemos familia, que es algo que nosotros no elegimos, y algunos de ellos son muy apegados a la ley de gravedad. 

¡Me lo dicen a mi! 

Yo lo conocí por radio a mediados de 1983, y no lo vine a ver físicamente hasta dos meses después. 

Fue una de las primeras personas con quien tuve contacto radial, y congeniamos inmediatamente, por estar ambos en situación muy similar: vivíamos alejados del mundo, y absolutamente solos. 

El caso de él era bastante especial. 

Años atrás, su esposa, aprovechando la coyuntura política por la que nuestro país pasaba en esos momentos, y sin decirle nada a él, se asiló en una embajada europea, junto a sus dos pequeños hijos. 

Así, y de repente, Alberto se vio privado de su familia. 

Vendió su casa, y todo lo que tenía, con lo que pudo pagar el 50% del valor de un yate, y cuyo saldo pensaba enterar con las ganancias que obtendría trabajando el mismo yate. 

En un principio esto funcionó, ya que consiguió un trabajo relacionado con investigaciones oceanográficas. 

Allí fue, según me contó después, cuando tuvo su primera experiencia Ovni. 

Navegaba de noche por el canal "Goñi", casi a la cuadra de Isla "Williams", cuando observó que, desde detrás de un islote, salía una luz blanca, que cada vez iluminaba más. 

Eso de por si era curioso, pero lo peor era que, en ese islote, él había dejado, tres días atrás, una serie de instrumentos y censores, que ahora debería recuperar. 

No hubo mas remedio que enfilar proa hacia el islote, y cuando se encontraba como a dos millas, la luz salió desde detrás del islote, y se dirigió, casi a ras de agua, hacia el Mytilus II, sobre el cual pasó a no mas de 5 metros de altura. 

Alberto recibió quemaduras, similares a las quemaduras de sol, en su brazo izquierdo, que llevaba fuera de la cabina. 

Dos marineros, que se encontraban en cubierta cuando pasó el objeto, sufrieron el mismo tipo de quemaduras en su cuerpo, a pesar de que estaban vestidos con ropa gruesa. 

Durante todo el incidente hubo comunicación radial con estaciones de Iquique y Santiago, una de las cuales fue la estación Lucero en 27.215 Khz. 

También el fenómeno fue observado por otras embarcaciones que se encontraban cerca, y por el personal de un faro, en una de las islas. 

Este incidente me fue relatado por Alberto, aproximadamente un año después de ocurrido, y quejándose de que el instrumental dejado en el islote, nunca pudo ser recuperado, pues desapareció junto con el objeto volador. 

Desgraciadamente, en 1983, y debido a la crisis económica, se acabó el trabajo, y por lo tanto, dejó de percibir dinero. 

Esto lo complicó mucho, ya que no pudo seguir pagando la deuda del yate. 

Sus acreedores trataron de embargar la embarcación, por lo que Alberto, no podía atracar en puertos conocidos, para evitar la notificación judicial. 

Aquí recurrió a su amigo Ernesto. 

Así fue como me vi viajando de caleta en caleta, llevándole bidones de petróleo, porque sin combustible no se podía mover. 

El Mytilus II, para Alberto, no solamente era un yate, sino que además, su hogar y todo lo que tenía.

Yo no lo hacía mejor, mis sueños madereros se estaban viniendo abajo, y sobrevivía solo con la venta de leña. 

Mi situación matrimonial tampoco era envidiable. 

Nuestras conversaciones radiales eran, como me figuro deben ser, las reuniones de "mariachis": puros lamentos y quejidos. 

Lo peor era que, ya nos estábamos empezando a acostumbrar a tanta desgracia, sin embargo, un día, Alberto me llama: 

-¡Compadre, se acabó el problema!-

-¿Cómo?- 

-¡Conseguí pega! -

-¿Cómo?- 

-¡Unos gringos! , Parece que son curas. -

-¿Y la deuda?- 

-Me ayudan a pagarla.-

-¿Quiénes son?- 

-Una tal Congregación Friendship, que se está instalando en una isla del Archipiélago de los Chonos-

Esa fue la primera noticia que yo tuve de la existencia de Friendship. 

De ahí en adelante seguí conversando, casi diariamente, con el Mytilus II, aunque ahora ya no solamente con Alberto, sino que también con sus empleadores. 

Así fue como verdaderamente comenzó mi relación con la Congregación Friendship. 

En un comienzo, nos juntábamos cuando podíamos y "pelábamos" a los gringos. 

Esas ocasiones se fueron haciendo cada vez mas escasas, ya que ahora el Mytilus II, muchas veces, quedaba fuera del alcance de la radio, y cuando no, ahora yo sabía que Alberto no navegaba solo en la cabina. 

Cuando nos veíamos, siempre era a bordo del Mytilus II, y en presencia de los gringos, por lo que yo no lograba sacarle muchas confidencias. 

De todas maneras, así fue como empecé a conocer los primeros detalles de lo que ocurría en la isla. 

Alberto fue lentamente cambiando, comenzó a ponerse más espiritual y responsable, aunque nunca perdió su espíritu libertario, que tantos problemas le había traído a éste lado de la mar. 

Se acostumbró a vivir de otra manera, solo, y lejos de las leyes y regulaciones que ahogan a todos los "normales". 

Tal vez fue eso lo que lo impulsó a quedarse. 

Ya no cabía en éste mundo tan "normal". 

No fue ese mi caso. 

La última vez que lo vi, fue en Carrizal Bajo, en 1999, y seguía navegando, y trabajando para Friendship.


***

Isla Friendship, parte 9: Dientes.



Tal como lo dije en la Tercera Parte, fui testigo de una conversación bastante especial, entre un dentista asignado a un Consultorio Rural de Chiloe, y Rafael, de Friendship. 

Esto se debió a que, en un momento, la Congregación aceptó responder por radio, a cualquier pregunta que se les quisiera hacer, y sobre cualquier tema. 

Yo, por lo menos, no me encontraba capacitado como para preguntar sobre ciencia avanzada, o cosas que realmente valieran la pena. 

No las frivolidades que querían saber los "coleguitas radioaficionados". 

Como también ya lo he dicho, en éste caso, no podré identificar plenamente al profesional, ya que él no lo desea, y con justa razón.

El dentista, al que en este caso llamaremos "Cristián", era un profesional joven, el que hacía muy poco había abandonado la Universidad. 

Se distinguía de los otros miembros del Consultorio por su informalidad. 

Ya se le había exonerado de otro consultorio en la Onceava Región por haber sido sorprendido desnudo, junto a dos turistas suecas, haciendo uso de los equipos de rayos ultravioleta del hospital, para tostarse. 

En el pueblo se mezclaba con todos, y participaba de todas las fiestas, a gran disgusto del medico jefe del consultorio. 

Muy pronto llegamos a congeniar, ya que me ayudó bastante en una campaña en contra de su jefe, un reyezuelo de 28 años que por el hecho de ser medico, se creía dios, y trataba muy mal a los pacientes y a sus familiares. 

Le conté el asunto y accedió inmediatamente diciendo: 

-¡Vamos a ver si es verdad que saben tanto!- 

La única forma de realizar la conversación era a través de mi equipo, porque Cristian no era radioaficionado. 

El viernes en la noche se fue a alojar a mi casa, ya que el pueblo quedaba como a 35 Km de mi hogar. 

La charla comenzó como a las 9 de la noche con las presentaciones del caso. 

Rafael preguntó cuál era la especialidad de Cristian, a lo que este contestó que era Odontólogo, Cirujano Dentista egresado de la Universidad Católica de Chile, hacía dos años. 

-¡Ah! Entonces eres medico-. 

-No, soy odontólogo- 

-¿No es lo mismo?- 

-No, yo me especializo en el sistema masticador del ser humano.-

-¿Los dientes?- 

-Bueno, si, entre otras cosas los dientes.- 

-Curioso, nosotros no tenemos esa especialidad.- 

-¿Entonces, como se las arreglan?- 

-Para eso estamos nosotros, los médicos.- 

Allí comenzó la típica confrontación entre profesionales donde cada uno defiende lo suyo. 

Yo creí que la tan esperada charla, desde ese momento, se iba a convertir en otra aburrida discusión de esas que no llevan a nada. 

Hasta que Rafael dejó caer sus argumentos: 

-¿Sabes tu cuánto dinero y esfuerzos se gastan anualmente en el mundo para desarrollar tecnologías y materiales de odontología?- 

-No...- 

-Bueno, en los Estados Unidos se han gastado durante el año pasado mas de N millones de dólares solo en investigaciones referentes a nuevos materiales para obturaciones-

-En Suecia, la Universidad X gastó N millones de coronas suecas en investigaciones sobre aleaciones metálicas para implantes- 

-Una asociación de universidades de la Comunidad Europea lleva cinco años investigando sobre problemas de encías.-

-¿Y?-

-Además, está todo lo que gastan las compañías privadas-

-¿Y?-

-¡Se han ido por donde no deben!-

-¿Cómo?-

-¿No se han preguntado ustedes nunca por qué salen los dientes?-

-¿Cómo?-

-Si, ustedes bien saben que los seres humanos nacen sin dientes.- 

-Si.- 

-Sin embargo, a los pocos meses, después del nacimiento, les comienzan a aparecer dientes. ¿Por qué?-

-¡Por que es natural!- 

¿Por qué?, además, antes de los 7 años, esos dientes se caen, ¿Por qué?, luego vuelven a salir, ¿Por qué?... ¡Porque está dentro de nuestro código genético!... ¡Exactamente!... También, debo decirles que, el ser humano tiene una tercera dentición, la que debería ocurrir a los 110 años aproximadamente, y si ustedes no la conocen, es por que si alguno logra llegar a esa edad, lo hace en un estado físico tan deplorable, que ya no hay calcio en su organismo como para formar el diente. Sin embargo se ven bastantes casos de ancianos que les aparecen remedos de piezas dentales después de los 90 años.- 

-Si, he oído hablar de eso.- 

-Bien, nosotros, hace mucho tiempo atrás, nos preocupamos de ese asunto, y ahora sabemos el por qué. Por lo tanto, cuando alguien sufre un daño en una pieza dental, la reparamos, y obturamos solo hasta cierto punto, después, si el daño es mas grave, simplemente extraemos la pieza, y hacemos que crezca otra nueva.- 

-¿Cómo?- 

-Imitando lo que hace la naturaleza.-

-¿Cómo?- 

Allí comenzó una larga exposición técnica que yo, por supuesto, no entendí, y que por lo tanto no recuerdo. 

Lo que si se, es que impresionó mucho a Cristian, quien le dio vueltas al tema durante varios días. 

Además, él no creía en extraterrestres. 

Posteriormente hizo contacto directo con ellos en una de las recaladas del Mytilus II, pero ignoro si habrá llegado a visitar la isla. 

Yo sabía que él era una persona muy sensible, pero nunca sospeché que esto lo iba a afectar tanto. 

Solo ahora, después de mas de 15 años, y a través de una amiga periodista, me vengo a enterar de las graves consecuencias que este incidente tuvo para la psiquis de Cristian, quien actualmente es un exitoso profesional de la Quinta Región. 

No sé por que, pero hoy, y totalmente recuperado, se niega terminantemente a hablar de Friendship.



***